sábado, 17 de marzo de 2012

Mitología Babilónica (II): el mito de la Creación

Al principio, antes de que se diera nombre a los Cielos y a la Tierra, las aguas primordiales fueron mezcladas. De esta fuente creadora salen tres generaciones de dioses, que llegan hasta Anu y Ea. Son jóvenes e inquietos y estorban la tranquilidad de Apsu, su antepasado, que decide acabar con ellos.

Este plan es desbaratado por Ea, que lanza un conjuro sobre Apsu, que cae en un suño profundo. Ea aprovecha para convertirse en señor de las profundidades acuáticas junto con su esposa.

La esposa de Ea, da a luz a Marduk. El vigor de Marduk molesta a la consorte de Apsu, Tiamat, que reúne un ejército de monstruos y de serpientes encabezado por su propio hijo, Kingu.

Los poderes mágicos de Ea son insuficientes para destruir semejante ejército y este ruega a Marduk que se una a la lucha. Marduk acepta con una condición: en caso de victoria, tendrá poder absoluto sobre los dioses.

Aceptada la condición, Marduk se equipa con armas invencibles, incluidos los siete vientos. Captura a Tiamat en su red con la ayuda de los vientos y atrapa a Kingu.

Tras la victoria, parte en dos el cuerpo de Tiamat. La parte superior formará el cielo, con sus estrellas y planetas. La parte inferior será la tierra, y el Tigris y el Éufrates fluirán de la cuenca de sus ojos. Sólidas columnas separarán el Cielo y la tierra.

Kingu, acusado de haber promovido la rebelión, será ejecutado y con su sangre y arcilla, Ea creará al Hombre, a quién se impondrá la obligación de estar al servicio de los dioses, lo que les libra de toda tarea. En agradecimiento, los dioses construirán a Marduk un santuario: Babilonia.


Diccionario de mitología. Introducción
Mitología babilónica (I)
Mitología babilónica (III): La historia de Gilgamesh
Glosario

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